Sor María Valbuena,
Hermana de la caridad, prestaba sus servicios en maternidad de los Hospitales
de Santa Cristina y San Ramón de Madrid, en febrero del 2011 fue denunciada
periodísticamente por su implicación en adopciones irregulares de bebés entre
los años cuarenta y noventa. Ahora ha sido denunciada por la Fiscalía de
Madrid, así lo manifestaron fuentes del Ministerio Público, explicando que era
la primera denuncia interpuesta por este motivo, y que ha recaído en el juzgado
de instrucción número 47, cuyo titular llamará a declarar a la monja acusada.
Sor María es solo una
pequeña pieza de un entramado que duró más de cuarenta años en hospitales y
clínicas de toda España, la mayoría ligados a la Iglesia. Esta práctica empezó
durante la guerra civil, continuó en la post guerra y continuó en la transición,
hasta los años noventa, primero por motivos políticos, y más adelante como un
simple negocio.
Antonio Barroso es
uno de los afectados por estos casos, Antonio descubrió a los 38 años de edad
que fue robado y dado en adopción en un hospital de Zaragoza, tras recibir la
llamada de un amigo de la infancia al cual su padre adoptivo le confesó antes
de morir que él y Antonio fueron comprados por 200.000 pesetas.
Maria Luisa Torres
Otro testimonio
ligado directamente con Sor Maria Vilabuena es el de María Luisa Torres, la
cual se separó de su marido con una hija de dos años, y se juntó con otro
hombre del que quedó embarazada, pero este la abandonó y quedó sola con una
pequeña y otra creciendo en su vientre. Inés, la niña que por aquel entonces tenía
dos años cuenta: “Mi madre estaba pasando un momento difícil y se enteró que Sor
María atendía a madres solteras en su situación. Decía que las ayudaba después
del parto, así que mi madre fue a verla. La monja le dijo que no se preocupara
de nada, que saldría adelante, que tenían una especie de guardería… Le dio una
tarjeta para que la entregase en Santa Cristina el día del parto, y no
volvieron a verse hasta ese día. Cuando llegó el parto, mi madre fue al
hospital con la tarjeta, y la metieron en una sala con otras diez chicas y les
hicieron firmar unos papeles. Una vez terminó el parto, al querer ver a su hija, la monja le dijo que
ya no era suya, que había firmado una renuncia y que se la iban a dar a otra familia
con la que estaría mejor, y añadió que si protestaba, la denunciaría por
adulterio y le quitarían a la otra hija.”
Sor María Vilabuena,
trabajó siempre al lado del Doctor Vela, otro de los presuntos implicados el
nombre del cual ha salido repetidas veces desde que se destapó este asunto.
Había otras tantas personas como curas, funcionarios del registro, responsables
de hospitales, forenses etc., implicados en esta trama, ya que hacía falta una
red bastante amplia de personas para maquillar las presuntas defunciones de
bebés y falsear los documentos. No olvidemos que se trata de un caso a nivel
nacional, por lo que podrían ser cientos o miles los implicados solamente en
los últimos años.
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