Pederastia y
pedofilia son dos términos que van unidos, pero no tienen el mismo significado.
Un pedófilo es una persona que siente atracción y deseo sexual por un niño de
su mismo sexo o del sexo opuesto, dependiendo de si este es heterosexual, homosexual
o bisexual, el pederasta consuma sexualmente esta atracción, por lo que podemos
afirmar que todos los pederastas son pedófilos, pero no todos los pedófilos son
pederastas. Como toda condición sexual no es una elección consciente del
sujeto, sino que este la “sufre”, le viene dada desde su historia y su subconsciente.
Los agresores sexuales normalmente pasan inadvertidos por el
resto de la sociedad, ya que suelen tener una apariencia normal, suelen ser
personas respetadas, y muchas veces con firmes convicciones morales y religiosas.
No obedecen a un perfil psicológico determinado, ni suelen tener personalidades
extremas. Según estudios, el delincuente sexual de este tipo, suele ser una
persona inmadura emocionalmente, con dificultades de contactar con otros y
centradas en sus necesidades. Pueden ser muy valoradas socialmente, y
extremadamente inteligentes, ya que tienen una gran capacidad para coaccionar a
sus víctimas y así mantener sus acciones en secreto. Suelen tener gran facilidad
para ganarse la confianza y respeto de sus víctimas, hechos que utilizan luego
para llevar a cavo las agresiones, convenciéndoles de que solo son juegos y el
hecho de hablar de ello puede hacer peligrar su seguridad y la de su familia.
Un alto porcentaje de acosadores son del entorno próximo a la víctima,
familiares, educadores, etc.
Internet ha
favorecido el intercambio de archivos entre pedófilos y pederastas, permite que
gente sin escrúpulos hagan negocio con estos archivos, o que los acosadores se
oculten bajo perfiles y correos falsos para contactar con sus víctimas. Muchas
veces se hacen pasar por chicos o chicas de la edad de la víctima, de esta manera
consiguen información vital, que luego les sirve para coaccionarlos y así
conseguir fotos o videos mediante la webcam, amenazándolos con hackear el
equipo informático o hacer daño a miembros de la familia. Este tipo de acoso
suele hacerse con menores de entre 9 y 13 años, y es conocido como “grooming”.
Este tipos de casos serían fácilmente descubiertos por los
padres si de tanto en tanto revisáramos los correos y archivos de nuestros
hijos, claro que así invadimos su
intimidad, pero es mejor esto que luego tener que hacer frente a las secuelas
que dejan este tipo de actos sobre sus víctimas.
Hoy sir ir más
lejos ha sido noticia Jorge Miranda, informático de 27 años acusado de hacer “grooming”
a mas de 250 menores por lo que le piden 359 años de cárcel. Lo más grave del
caso es que ya había sido acusado en el 2008, por lo que queda probada la tendencia
a reincidir de estos delincuentes.
Símbolos utilizados por pederastas y pedófilos.
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