Con estas líneas, no quiero disculpar nada, ni poner nadie
por delante de nadie, ni dejar a ninguna persona de lado. Tan solo decir las
cosas como las veo, por lo tanto como son bajo mi punto de vista.
Es muy triste todo
signo de violencia, sea del tipo que sea, siempre es remediable seguramente, y
siempre hay una salida mejor aunque un momento de tensión pueda cegar y no
dejarla ver. El tipo de violencia más ilustrado en nuestros días, es la
violencia de género, y diciendo estas palabras la imagen que tenemos en el noventa
y nueve por ciento de los casos es el de la mujer maltratada, que las hay y muchas,
es un signo enfermizo de la sociedad, un
virus que hay que intentar eliminar y por el cual se ha legislado mucho, y mas
con la sed de venganza por así decirlo que con la cabeza… ¿Que quiero decir con esto?, que hay casi
tantos casos de mujeres maltratadas como
casos de denuncias falsas por este motivo, muchas veces consecuencia de los
consejos de algunos abogados “sanguijuela” y poco éticos, de todos es sabido
que si se prueba dicha violencia en un caso de divorcio o separación, la
custodia de los hijos, los bienes y otras tantas cosas caerán en poder de la
supuesta víctima, ¡que enfermos estamos! ¿Dónde nos lleva esto?, no lleva al
caso inverso, el supuesto maltratador pasa a ser el maltratado, y por si fuera
poco despreciado por su entorno.
Hay otros
diferentes casos de hombres maltratados, el maltrato más frecuente es el psicológico,
y son maltratos que pocas veces se denuncian, ya sea por vergüenza, a nadie le
gusta ser un “calzonazos”, o por falta de autoestima, caso que se da también en
la violencia femenina. He conocido algún caso de violencia de la mujer hacia el
marido, y parece que él no se da cuenta de lo que está pasando, hasta que llega
el momento de la separación. En caso de darse cuenta tampoco lo quiere
denunciar como antes he dicho, ¿para qué?, si no me van a creer, o se rearan de
mí.
Ser hombre implica no poder llorar, no poder
ser víctima del género femenino, seguir una serie de estereotipos, que por
suerte muy lentamente supongo tenderán a extinguirse. Y que conste, que diciendo esto reconozco que
existe la violencia sobre la mujer, y la condeno de la misma manera que condeno
todos los tipos de violencia
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