En las grandes
ciudades, a diferencia que en los núcleos más pequeños, las clasificaciones
sociológicas de las personas se hacen por barrios, el chorizo del barrio, el
yonki del barrio, el loco, el camello, etc., en los sitios más pequeños en
cambio, la clasificación es a título de todo el núcleo.
En la pequeña ciudad de la que ya he hablado anteriormente
el chorizo, que aún vive aunque el hombre empieza a estar mayor, era el Paco,
por ponerle un nombre. Ha pasado más tiempo en la prisión de Lleida 1 que en su
propia casa, es largo y delgado, ojos verdosos, nariz aguileña, cabellos largos plateados,
y una mirada capaz de helar el fuego, suele vestir tejanos, cazadora de cuero,
zapatos negros con calcetines blancos, y una navaja automática en el bolsillo. Era y es de armas tomar.
En una ocasión,
debían de ser sobre las 6 de una madrugada del 1990, una patrulla de la Guardia
Civil lo paró en La Calle Mayor, creo que por algún motivo relacionado con el
contrabando. Después de pedirle la documentación intentaron cachearlo, este que
llevaba un par de papelinas de coca evidentemente no se dejó. Empezó un
forcejeo que acabó con una patada en los cojones a uno de los dos Guardias, estuvo
meses de baja y no sé si le arruinaron la carrera de padre, y al otro lo
conmocionó.
Ni corto ni
perezoso, el Paco, después de tirar las dos papelinas por un desagüe de la
calle, arremetió a cabezazos con una papelera de esas rectangulares con cantos
vivos que había por toda la ciudad, haciéndose unas brechas muy profundas en la
cabeza, y dejando unas enormes manchas de sangre por el suelo, ¿y se
preguntaran el porqué?, ¿porqué se dio de cabezazos contra el canto de una
papelera?, pues bien, gracias a la sangre fría que tuvo y la experiencia de un
chorizo de pueblo profesional, culpó de los hechos a los Guardias,
alegando defensa propia con certificado del médico de urgencias en el Juicio.
No recuerdo la sentencia, hace mucho tiempo de esto, en todo caso creo que no
le salió mal la jugada.
Historias de este personaje las hay a cientos,
esta es de las suaves, pero no lo voy a contar todo hoy…
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