Pues si señores, una vez más de nuevo podemos alegrarnos de
vivir en “spain is diferent”, ¡Dios bendiga esta tierra en la cual tenemos los
cojones más hermosos y peludos de toda
Europa!, ¡Aleluya!, el señor es grande y los banqueros más, el señor es piadoso
y los banqueros unos tiranos desalmados, a los cuales les importa un carajo a
quien se lleven por delante con tal de cumplir las expectativas económicas
prevista, ¡Aleluya!
Después de rescatar
cajas y bancos con dinero público, o sea, dinero que ahora se está recortando
en sanidad, enseñanza, ayudas sociales y un laaargo etc., dinero que nos
pertenece, a nosotros, al pueblo llano y campechano de estas soleadas tierras,
resulta que estos engendros de las finanzas han dejado a casi un millón de
familias en serios apuros económicos. Engañando a sus clientes más fieles para
que invirtieran en productos financieros tóxicos, prometiendo unos intereses en
algunos casos del 7 y 8 % el primer año, se han levantado la nada despreciable cantidad
de 12000 millones de €.
El perfil de las
víctimas, por lo general, era de clientes conservadores con sus ahorros, los
cuales fueron engañados de una manera despreciable, les hicieron creer que
invertían en una especie de plazo fijo para clientes VIP, cuando en realidad
adquirieron una deuda perpetua por lo que las entidades no están obligadas a
devolver la cantidad invertida. Cierto es que en tiempos boyantes funcionó a la
perfección, pero ahora que las ranas van en cantimplora de la miseria que se
nos ha venido encima, ya pueden darlo por perdido, al menos en un lago plazo de
tiempo. ¿Y por qué este perfil de cliente invirtió en estas acciones de tan
alto riesgo?, pues mire usted, porque los bancos y cajas se pasaron por el
ojete la MIFID, (Directiva Europea Sobre el Mercado de Instrumentos
Financieros), la cual obliga a informar a los clientes del riesgo al que están sujetos
adquiriendo este tipo de acciones, y en caso de que los inversionistas no
entiendan lo que están comprando, prohíben su contratación.
Ya lo ven, que
pocos escrúpulos corren por las finanzas, y que mal se lo montó el gobierno
permitiendo estas prácticas vampirescas. Siempre se ha sabido que todo el mundo
mira por sus intereses, pero de aquí a robar a punta de pistola los ahorros de
gente que ha trabajado toda su vida, pagando sus impuestos, y sobre todo,
confiando el sacrificio de su trabajo a una pandilla de sanguijuelas que han
acabado por comerles los ojos y el fruto
del sudor de su frente.
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